Gacela de Thomson. Grandes herbívoros salvajes

Gacela de Thomson
Foto de una gacela de Thomson

Pequeñas y extremadamente ágiles, las gacelas Thomson constituyen la presa preferida de gran parte de los grandes cazadores de la sabana. Desde el guepardo a las hienas y los leones, todos tienen en estos pequeños bóvidos una fuente segura de alimento.

Mezclados entre las cebras y los ñus, los grupos de gacelas intentan escapar del continuo acoso a que son sometidas. Dotadas de una capacidad altísima para la velocidad y con unos sentidos muy desarrollados no son, a pesar de todo, presas fáciles para los cazadores, que tienen que emplear la velocidad pura en el caso del guepardo o el ataque combinado de los leones y las hienas.

Aunque los machos tienen un marcado sentido territorial, ocupan pequeñas zonas donde permiten el paso de otros machos jóvenes y, sobre todo, de grupos de hembras con crías con el fin de reunir un harén que le permita perpetuarse.

Entre los meses de enero y marzo nacen la mayoría de las crías de gacela Thomson, normalmente una por camada. Después de ser aseada por su madre, la cría se tumba en el suelo donde permanecerá completamente inmóvil hasta que sea requerida por su progenitora. Este comportamiento, muy común en muchos animales, les permite pasar desapercibidos durante los primeros días de vida, en los que serían una presa muy fácil para los carnívoros.

Las gacelas de Thomson viven en las sabanas de África oriental. Cuando advierten el peligro, son capaces de agitar su banda negra lateral para alertar a los demás miembros del grupo.


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