El Glotón americano. Cazadores o cazados

El Glotón americano
El Glotón americano o Kirkayú, un animal valiente

Para los antiguos pobladores de las taigas de Norteamérica, el glotón representaba la valentía y la tenacidad. Este mustélido no se arredra ante nada, ya sea un lobo o un oso, a los que en ocasiones acaba poniendo en fuga. Dotado de una imponente potencia física para un animal de su peso, el glotón es capaz de cazar presas de tamaño bastante superior a él mismo o arrebatárselas a otros predadores teóricamente más poderosos que él.

La clave del éxito de este carnívoro está basada, como en tantos otros, en su adaptabilidad y la enorme capacidad para el aprovechamiento de todos los recursos que su hábitat puede ofrecerle.

A sus ya comentadas cualidades para la caza y el parasitismo, hay que unir el hecho de que el glotón americano tampoco rehúyen las carroñas que, si son de gran tamaño, pueden alimentarle durante varias semanas. También los vegetales e incluso los insectos nutren al glotón, que no rechaza ningún tipo de recurso.

Un glotón adulto es un animal tremendamente territorial, conservando a toda costa las parcelas donde caza y donde pasa la totalidad de su vida. Como resulta lógico en una especie tan individualista, los vínculos de la pareja no resultan muy duraderos y sólo permanecen juntos el tiempo necesario para perpetuarse.

Después de unos nueve meses de gestación, los glotones tienen de dos a tres crías que pasarán ocho o diez semanas alimentándose de la leche materna, para, después de un rápido crecimiento, independizarse cuando apenas cuentan con tres meses de edad.

A diferencia de la mayoría de los mustélidos, su periodo de gestación no sufre ninguna pausa temporal. En sus zonas de origen al glotón americano se le conoce por su nombre esquimal de Kirkayú.


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