Rebeco blanco. Cazadores o cazados

Rebeco blanco
El Rebeco blanco, símbolo de las Montañas Rocosas

El rebeco blanco, pariente cercano de los rebecos europeos es el símbolo de las Montañas Rocosas. Su espeso pelaje permanece blanco durante todo el año y la barba y pobladas patillas de los machos le dan un extravagante aspecto.

Su área de distribución son las montañas del noroeste de Norteamérica, desde Alaska hasta Estados Unidos, donde ocupa siempre las más altas cumbres. Estos lugares de difícil acceso hicieron que hasta finales del siglo pasado, el rebeco blanco fuera un animal poco menos que desconocido; sólo se tenían noticias de él a través de lo que contaban los tramperos y cazadores que se aventuraban a penetrar en un medio tan inhóspito.

Los rebecos viven en rebaños dirigidos siempre por una hembra adulta que ocupa el lugar más alto en el orden jerárquico de la manada. Llegado el periodo del celo, los rebecos machos se enfrentan en combates muy ritualizados que rara vez pasan a mayores, conscientes de que si esto fuera así podrían herirse gravemente con sus afilados cuernos.

Las crías, generalmente una o dos, nacen a finales de la primavera tras una gestación de cinco meses, y permanecen junto a su madre durante todo el primer año. Entre los rebecos blancos se da una circunstancia terrible: si, por cualquier motivo, un recental pierde a su madre, es automáticamente rechazado por el resto de la manada, lo que le condena a una muerte segura.


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