Vista panorámica de Sepúlveda
La villa medieval de Sepúlveda, en Segovia

Con una antigüedad de más de 1.000 años, la villa segoviana de Sepúlveda es una de las más bonitas de la provincia. Se construyó sobre un enorme promontorio que la hace visible desde la distancia, como se aprecia en la imagen. A su vez, la proporciona unas espectaculares vistas del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón.

Sepúlveda forma parte destacada de la historia de Segovia. Es por ello que sus calles rezuman un cierto ambiente medieval. Fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1951, y acoge un gran número monumentos románicos, construidos entre los siglos XI y XIII. Recorrer sus estrechas callejuelas, tomar el aperitivo en su pintoresca plaza o comer en algunos de sus numerosos restaurantes es un auténtico placer.

Hay que reservar tiempo para contemplar monumentos como la iglesia del Salvador, el primer templo románico de la provincia; el santuario de Santa María de la Peña, del siglo XII; la fortaleza de Fernán González, las murallas, las impresionantes y antiguas puertas o el Museo de los Fueros.

Sepúlveda celebra numerosos y animados eventos, como la original fiesta del Diablillo. Según cuenta la leyenda, la noche del 23 de agosto San Bartolomé suelta al diablo de sus cadenas y le permite corretear a sus anchas. Siguiendo dicho ritual, todos los años en esa fecha una gran multitud espera en la Plaza Mayor, a oscuras, a los diablillos que descienden desde la iglesia de San Bartolomé. Ataviados como demonios, con ajustados trajes rojos y con los ojos iluminados, reparten escobazos a todos los presentes. La diversión y la vistosidad están aseguradas.


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