Puerto de Tarragona. La ciudad de Tarragona

El puerto de Tarragona está en el origen de la ciudad. La situación privilegiada de esta zona del Mediterráneo, desde el punto de vista topográfico y estratégico, unida a la existencia de una pequeña playa junto a la desembocadura del río Francolí, donde podían desembarcar barcos pequeños, ha sido la causa de que diferentes pueblos se asentasen en ella a lo largo de la historia.

Los griegos iniciaron el comercio, pero fueron los romanos quienes construyeron los primeros diques, donde instalaron una torre con faro conocida con el nombre de Farelló. El objetivo de los romanos era estratégico, pero, con el tiempo, los intereses comerciales prevalecieron sobre los militares. La buena comunicación con el valle del Ebro y la proximidad con las Islas Baleares propiciaron el esplendor de la colonia romana. Su puerto se convirtió en un importante centro comercial de productos agrícolas como aceite, vino y trigo que se exportaban a cambio de cerámica, vidrio y productos manufacturados procedentes de Italia y del Norte de África.

Tarragona es y ha sido un puerto pesquero durante toda su historia, siendo la pesca una de las actividades económicas más importantes de la zona, tanto por el número de embarcaciones como por el valor de las capturas. La pesca se concentra en torno al barrio del Serrallo.

En los años sesenta, al implantarse la industria petroquímica, el puerto se dotó de nuevas instalaciones adecuadas a sus necesidades como los pantalanes para la carga y descarga de productos derivados del petróleo. También se incrementaron las vías de comunicación, como el acceso al puerto por el Eje Transversal. En los últimos tiempos se han llevado a cabo obras importantes, como el puente móvil, que une los muelles de Lérida y Reus, y los nuevos muelles de Cataluña, Alcudia, Navarra y Andalucía.

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