Ajo
El ajo y la circulación sanguínea

El ajo es una planta perenne de la que comúnmente se consume el bulbo. La cabeza, como se le llama al bulbo, está dividida en pequeñas partes llamadas dientes. En su parte visible, la planta consta de unas hojas alargadas y planas. En la época de floración, luce con unas pequeñas flores blancas.

Sus propiedades terapéuticas son, prácticamente, infinitas. Desde tiempos inmemoriales se ha utilizado el ajo por sus cualidades bactericidas, antisépticas, fungicidas, diuréticas y depurativas. Además, en la actualidad está demostrado que el ajo reduce el colesterol y la presión arterial.

También es un potente vasodilatador lo que hace que la sangre fluya con mayor facilidad. Hay estudios que, además, vinculan el ajo con potentes efectos anticancerígenos. Si se consume con fines medicinales, las grageas o las perlas de extracto de ajo son la presentación ideal.

Nutricionalmente hablando, el ajo posee altas dosis de vitamina B, así como vitamina C, A y E, en cantidades algo más pequeñas. Es una planta rica en minerales como magnesio, potasio, calcio y fósforo.

Conviene saber también que el ajo es bajo en calorías con lo que puede ser consumido sin problemas en cualquier dieta. Gracias a sus propiedades aromáticas puede ser un estupendo sustituto de la sal en dietas bajas en sodio.


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