Jacinto. Una flor para cada virtud

Cuenta la leyenda que Jacinto, héroe de la mitología griega, se convirtió en esta bella flor al morir. La planta, del mismo nombre, se encuentra con facilidad en jardines de todo el mundo gracias a su belleza ornamental.

El jacinto es una planta que da flores de delicioso aroma unidas mediante una única espiga. Las flores pueden ser azules, blancas, amarillas o rojas.

Es una planta perenne y bulbosa. Observando los bulbos de jacinto antes de plantarlos, se puede intuir de qué tonalidad saldrán las flores. Normalmente, un bulbo claro producirá flores amarillas y blancas; por el contrario, los bulbos oscuros darán flores de tonalidades más intensas.

El origen del jacinto es mediterráneo, desde Oriente Medio hasta la Europa bañada por ese mar. De todos modos, hoy en día está presente en muchos lugares del planeta, y se cultiva de forma masiva en Holanda, gran productor de flores.

La virtud de la que hace gala el jacinto es la constancia. Por ello, el que regala la planta o la flor manda un mensaje de firmeza y perseverancia en sus propósitos.

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