Pothos
Pothos, una liana en la vivienda

Como la mayoría de plantas de interior, el pothos es una especie tropical. Tiene unas bellas hojas brillantes con forma de corazón que crecen de tallos trepadores o colgantes.

Si se planta como trepadora, con la ayuda de una tutora o guía, las hojas de pothos son mayores que si se dispone como planta colgante. En este último caso, cuanto más cerca estén de la maceta, las hojas son más grandes. Por el contrario, las hojas más alejadas, crecen de inferior tamaño.

Esta planta tiene un gran poder de adaptación. Con unos cuidados mínimos, el pothos suele lucir muy hermoso. Por un lado, necesita crecer en un entorno luminoso, aunque evitando la luz directa. En cuanto al riego, una cantidad de agua moderada en verano y escasa en invierno es suficiente para que crezca sin problemas. Mejor que el agua escasee a que la tierra se encharque.

La temperatura donde se desarrolle la planta debe ser cálida. Una temperatura inferior a 10 º centígrados provoca sufrimiento en el pothos que se traduce en una pérdida significativa de hojas. Lo ideal es que permanezca a una temperatura superior a 15º centígrados: cuanto más calor, mejor y más rápido crece.


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