El Halcón Peregrino. Rapaces y grandes aves

El Halcón Peregrino
El Halcón Peregrino, alta velocidad controlada

Si la evolución de las especies persigue la mejor adaptación de los animales y plantas a su medio natural, el halcón peregrino es un ejemplo claro de esta evolución al servicio de la alta velocidad.

Todo su cuerpo está diseñado a partir de las más sutiles necesidades de la aerodinámica. Las alas del halcón peregrino afiladas y poco digitalizadas son ideales para el vuelo batido, su cola corta y la cabeza menuda le aseguran un perfecto control del vuelo y la ligereza del conjunto, unida a un extraordinario vigor, le permiten alcanzar altísimas velocidades con un gran control del sentido y la maniobra.

Durante la caza, situado varias decenas de metros por encima de su víctima, comienza un fulgurante picado, aprovechando siempre el ángulo muerto del ave, y en el momento en que el impacto parece inevitable se limita simplemente a golpear al animal en las alas o en el cuello, recogiéndole antes de que caiga al suelo.

Debido a sus peculiares características cinegéticas, el halcón habita principalmente en espacios muy abiertos, donde sus presas no tengan la posibilidad de refugiarse entre árboles, lo que imposibilitaría su captura. Sus nidos son espartanas construcciones hechas sobre un cantil, donde depositan de tres a cuatro huevos que son incubados solamente por la hembra, mientras el macho se preocupa de alimentarla llevándole sus presas al nido.

El halcón peregrino es el animal más rápido sobre la tierra, llegando a velocidades cercanas a los cuatrocientos kilómetros por hora. Es el único cazador europeo de dieta exclusivamente ornitófaga.


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