Acueducto Romano. La ciudad de Tarragona

El Acueducto Romano de las Ferreras, en Tarragona, se construyó en el siglo II, en la época de Trajano, aunque algunos historiadores opinan que se levantó en la época de Augusto, el emperador que convirtió a Tarragona en capital de la provincia Tarraconensis. Posteriormente el acueducto se restauró para su utilización en el siglo X, en el reinado de Abderramán III y en el XVIII.

Está situado a cuatro kilómetros al norte de Tarragona, y suministraba agua del río Gayá a la antigua Tarraco. Su longitud actual es de 164 metros y una altura de 26 metros, conseguida por medio de dos filas de arcos de medio punto.

El nombre de las Ferreras está relacionado con el del barranco sobre el que se levanta. También se conoce como "Puente del Diablo", expresión que proviene de una antigua leyenda, según la cual el diablo lo construyó una noche para ganar una apuesta en la que una doncella se jugaba el alma. En catalán se le llama Pont del Diable o Aqüeducte de les Ferreres.

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