Roble
El roble, unos de los árboles más venerables y longevos

Desde tiempos muy antiguos, el roble es sinónimo de fuerza y entereza. Es un árbol originario de Europa que puede llegar a medir hasta 50 metros, y su presencia está muy extendida en la Península Ibérica. La vida media de un roble se sitúa alrededor de los trescientos años, aunque muchos ejemplares pueden rebasar el milenio de existencia.

El roble es un árbol que suele formar zonas boscosas de gran extensión, de hoja caduca y cuya floración -flores femeninas y masculinas- tiene lugar a finales de primavera. Sus hojas son de color verde oscuro, su tronco gris y su fruto es una bellota comestible, parecida a la de su pariente, la encina.

También son características de este árbol las llamadas agallas, que son unas secreciones que el roble genera para proteger el tronco de los ataques de los insectos.

En cuanto a sus aplicaciones médicas, hay que señalar que es una planta rica en taninos, por lo que sus bellotas son muy utilizadas contra la diarrea. Desde tiempo de los celtas, el roble ha sido una planta a la que se le han atribuido numerosas propiedades mágico/curativas, utilizando sus hojas y la corteza hervidas contra inflamaciones de todo tipo, especialmente las cutáneas y las varices.

La madera de roble, fuerte y con buena durabilidad, ha sido tradicionalmente muy usada en la construcción de barcos y puentes, y más recientemente en la fabricación de muebles.


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