Ortiga
La irritante ortiga

La ortigaricinos communis (Urtica dioica) es una planta herbácea de hoja perenne que crece de modo silvestre en los bordes de caminos, en basureros, en tierras húmedas y ricas en residuos orgánicos. Puede llegar a medir un metro y medio de altura.

Las hojas de las ortigas son de forma elíptica, aserradas en los bordes y están cubiertas de un pelillo que segrega un líquido urticante, es decir, que produce comezón y ardor al taco. Las flores son de color verdoso y crecen en racimos colgantes.

Las hojas y brotes tiernos de la ortiga son comestibles, aunque no se pueden consumir tras recolectarlas: para que pierdan su propiedad urticante, deben arrancarse por lo menos doce horas antes de su consumo.

La ortiga es una planta con innumerables propiedades benéficas. La infusión de ortiga está indicada para paliar los efectos de enfermedades y molestias como el estreñimiento, la diarrea, la diabetes, la anemia y menopausia, entre muchas otras. Su veneno solo es efectivo en contacto con la piel, por lo que su consumo no conlleva ningún peligro. En todo caso, la ingestión masiva de frutos de ortiga puede provocar diarrea. Las hojas de ortiga se pueden preparar en ensaladas, cocida o en tortilla.

La ortiga se encuentra fácilmente en toda la Península Ibérica, aunque sobre todo abunda en zonas altas como los Pirineos y la cornisa cantábrica.


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