Tuera
Imagen de la tuera, ni sandía ni melón

La tuera (Citrullus colocynthis) llegó a la Península Ibérica de mano de los árabes. En la cultura árabe de entonces, la tuera se utilizaba como purgante, aunque como efecto secundario también provocaba fortísimos dolores estomacales.

La tuera también se usaba como abortivo, y para paliar el efecto de las picaduras de escorpión. En este último caso, por vía tópica. De sabor extremadamente amargo, la tuera tiene una elevada toxicidad, y tomada en grandes dosis puede ser letal.

Hoy en día la tuera se puede encontrar en prácticamente todas las regiones cálidas y secas del mundo. En España es muy abundante en Almería y en las islas Canarias. Se trata de una planta rastrera de hoja perenne. Sus flores tienen la corola de color amarillo y cinco pétalos. El fruto es carnoso, está unido al cáliz y sus semillas están adheridas a tres placentas, como la calabaza o el melón.

Lo más venenoso de la tuera es precisamente el fruto, ya que su pulpa tiene un grado de toxicidad muy alto. Como puede observarse en la foto, el fruto es de un color amarillo parecido al de la cidra. Quizás por ello se le bautizó en latín como Citrullus colocynthis.


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