Violeta africana. Las plantas de interior

Violeta africana
Fotografía de plantas: la colorida violeta africana

Como su nombre común indica, la violeta africana es originaria de África, concretamente de Tanzania y Kenia. Es una bonita planta cuyo crecimiento es, sobre todo, horizontal. No suele crecer más allá de 15 centímetros de altura, pero a lo ancho puede alcanzar el doble.

De pequeñas hojas pulposas cubiertas con una fina capa de vello, la violeta africana tiene unas llamativas flores. Normalmente son de color violeta, pero sobre todo en las silvestres, se pueden encontrar de otros colores como blancas, azules o púrpuras. De forma habitual, florece en verano, aunque no es extraño que florezca también en otras épocas del año.

Es importante para sus cuidados mantener una humedad ambiental moderadamente elevada. El riego de la violeta africana debe efectuarse por debajo de la maceta, con un plato con agua durante unos minutos, dejando que la tierra absorba el líquido. Dos veces a la semana en verano, una en primavera y otoño, y cada quince días en invierno es la cadencia habitual.

Como se trata de una planta tropical, no tolera bien las bajas temperaturas. Para que su crecimiento y mantenimiento sean los adecuados, lo ideal es que la temperatura no baje nunca de los 18º centígrados. La violeta africana es una planta idónea para principiantes ya que requiere cuidados mínimos, y además es una bella planta ornamental.


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