Salas del Pallars
UTENSILIOS
Los pigmentos son aplicados a los soportes mediante una serie de útiles que permiten que el pintor realice su obra. Los
elementos más populares han sido los utilizados en la pintura de caballete, es decir el propio caballete, el lienzo, los
pinceles, la paleta, las espátulas, etc.
El caballete es el instrumento de trabajo que tiene como finalidad soportar el cuadro en vertical mientras se está pintando.
Hay muchos modelos de caballete.
La caja de pinturas es un elemento tradicional dentro de los utensilios del pintor. Sirve para guardar y conservar los tubos
de pinturas, los pinceles, las espátulas, los tarros de barniz, etc. En realidad esta caja tiene un cierto sentido cuando se
practica la pintura al aire libre, pero no cuando se trabaja en un taller, aunque se la ha reconocido como uno de los
símbolos de los pintores
La paleta es, junto al caballete, uno de los elementos más populares. Se trata de una tabla con un agujero para el dedo
pulgar, donde los pintores distribuyen los colores que utilizan en la pintura. Tradicionalmente ha sido de madera, aunque en
las últimas décadas se han empleado ligeras paletas de aluminio lacado, de vidrio, de porcelana, etc. Sobre ellas se
distribuyen los tonos siguiendo una gama cromática, y en su centro se van realizando las mezclas necesarias.
El pincel es la herramienta que utiliza el pintor para extender la pintura sobre el soporte pictórico. Se puede ayudar
también por brochas o espátulas
La espátula se emplea para mezclar los pigmentos y aglutinar, aunque también se puede utilizar como ayuda del pincel para
extender la pintura en el lienzo, perfilar y raspar.
El tiento es una vara de madera de largo intermedio, ligera y firme, que sosteniéndola con la mano izquierda sirve para
apoyar el brazo y asegurar el pulso de la mano derecha en las labores de precisión y minuciosas
Pero, además de estos utensilios que son los más representativos y simbólicos del pintor, dependiendo de las técnicas que se
utilicen se requieren otros más precisos y, desde luego, mucho menos populares.
En soportes como el pergamino, el papel, el papiro o las sedas, se utilizan elementos como las plumas, generalmente de oca,
para escribir o dibujar contornos, aunque también se usaban de gallina o paloma, según el tamaño; pinceles para pintar, que
se hacían de pelos de cola de marta cibelina o de ardilla; lápices de plomo para hacer el dibujo, que consistía en una
varilla de madera con un extremo metálico (aleación de dos partes de plomo y una de estaño). Para borrar se usaba miga de
pan, aunque también podía rasparse el error con ciertas cuchillas especiales que tenían diversos usos, como cortar los panes
de oro y plata, los folios de los pergaminos, sacar punta a los lápices, etc. Poseían tinteros con tinta roja y negra ya
preparada. Además se usaban la escuadra, reglas o el compás, así como filtros para aclarar líquidos y morteros de mármol
calcáreo o serpentino para triturar colores o hacer mezclas. Contaban también con objetos de diverso tipo para guardar los
productos elaborados (jarras, frascos, etc.), bruñidores para el oro y la plata, y un sinfín de adminículos útiles para todas
las tareas necesarias que había que llevar a cabo. El trabajo se hacía en los scriptoria o las mesas de trabajo
fundamentalmente en la iluminación de manuscritos. |