cuartel de templarios
El Óleo: la técnica del óleo, la más corriente del siglo XV, usa como aglutinantes diversos aceites, entre los cuales el más
habitual es el de linaza. Puede utilizarse indistintamente sobre tabla o sobre lienzo y, por sus características, permite la
aplicación de la pintura en capas muy gruesas, llamadas empastes, o muy finas y de una gran transparencia, denominada
veladuras. Se seca lentamente, por lo que se pueden hacer retoques y acabados.
Otras Técnicas: también son técnicas corrientes el pastel (pintura sin aglutinantes), la acuarela (pigmentos transparentes
muy diluidos en agua y mezclados con un elemento aglutinante a base de goma arábiga), la aguada o gouache (similar a la
acuarela pero con colores opacos y más espesos) y la cera o encáustica (colores diluidos en cera fundida).
A estas técnicas, que cuentan con una larga tradición en la historia de la pintura, se han venido a añadir, en el siglo XX,
algunos procedimientos innovadores y muy originales, como el collage, consistente en enganchar diversos objetos sobre una
superficie mezclándolos o no con el color; o el dripping, que consiste en dejar chorrear abundantemente la pintura sobre el
lienzo, entre otros muchos.
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