En esta fotografía del Bañuelo de Granada se puede apreciar los orificios formados por los árabes, que dejaban entrar los rayos solares y, a su vez, tenían una doble función: la de que se pudiese evaporar también el vapor producido por las aguas calientes dentro del baño.
La construcción de estos baños árabes está organizada en diferentes niveles y con poco desnivel de uno a otro, debido a que el agua emanaba por el suelo vertiente de dos zonas; una zona aportaba agua caliente y otra agua fría, hasta llegar a juntarse de un desnivel a otro.
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