El Ñu africano
El Ñu, la base de la vida animal en la sabana

En los primeros días de junio tiene lugar uno de los eventos más característicos de África, miles de ñus (o ñúes, que también es un plural correcto en español) avanzan por la llanura en dirección a sus cuarteles de verano en busca de mejores pastos. Esta imparable marcha, mil veces filmada, fotografiada y comentada, es el aspecto más conocido de esta especie fundamental en la cadena trófica de la sabana.

Antes de emprender su viaje anual, los ñus han tenido lugar las paradas nupciales en el seno de la manada, salpicadas de violentas disputas entre los machos por la conquista de un pequeño territorio donde se producirán las cópulas con las hembras que haya podido atraer.

Con las hembras ya fecundadas, los diferentes grupos de ñus comienzan a unirse formando interminables riadas de individuos que no pararán hasta llegar a las zonas de pastos frescos del Lago Victoria o del cráter del Ngorongoro, donde pasarán cinco o seis meses antes de retornar a sus lugares de origen. Es ahora cuando se producen los nacimientos, escalonados durante un periodo de dos o tres meses, y cuando la importancia del ñu como un eslabón indispensable de la cadena alimenticia queda de manifiesto.

Conocedores de esta explosión de vida, multitud de predadores se agolpan cerca de las manadas de ñus en busca de presas fáciles, lo que provoca una elevada mortandad entre las crías recién nacidas y entre los individuos viejos o enfermos para los que este año ha sido el de su última migración.

Los ñus habitan las sabanas de África oriental y del sur. Pueden retrasar el parto a voluntad eligiendo el momento más adecuado para dar a luz a su cría. Hay otra especie, de cola blanca, que vive en zonas muy localizadas de Sudáfrica y que está al borde de la extinción.


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