El color y la película

Actualmente existen dos tipos de películas, las de blanco y negro y las de color. Hasta aquí, todo el mundo lo sabe; pero vamos a profundizar un poco más.

Las películas de blanco y negro interpretan el color en una escala de grises, mientras que las películas a color poseen una amplísima gama de tonos.

Carretes de fotos

El desarrollo de las emulsiones fotográficas en color comenzó casi con el descubrimiento de la fotografía.

Fotografía, luz y color

Desde el primer momento se empezó a experimentar con diferentes métodos, unos físicos y otros químicos, que permitieron, antes del final del siglo XIX, la obtención de imágenes en color. El resultado fue bastante aceptable para aquella época de pioneros.

Primera foto a color

La primera fotografía a color perdurable la tomó el físico James Clerk Maxwell en 1861. El perfeccionamiento de las emulsiones fue extenso y muy laborioso. En la actualidad, las películas de color registran las imágenes y los papeles fotosensibles las reproducen, basándose en dos procedimientos básicos, la síntesis aditiva de los colores y las luces coloreadas complementarias. Este método es denominado también como Método Sustractivo.

Cualquiera de las dos nos lleva a conseguir la luz.

La aplicación en los materiales sensibles, es decir, en las películas y en los papeles, consiste en utilizar varias capas sensibles a cada uno de los colores. La adición de los diferentes colores siempre produce la luz blanca y las sumas parciales otros colores.

Objeto blanco sobre fondo blanco

En fotografía los conceptos que hacen referencia a la luz son bastante difusos. Muchas de las palabras con las que los fotógrafos definimos un tipo determinado de luz o una calidad o cualidad de un sistema de iluminación, realmente no tienen nada que ver con la propia esencia física de ésta.

Hacer alusión a las luces suaves, blandas o duras, cálidas, intensivas, no dejan de ser expresiones propias de aquellos que entienden la luz cómo una materia prima y que son, por lo tanto, capaces de manipularla según su interés.

Objetos, fondos y sombras

Ningún objeto puede existir por sí mismo dentro de un espacio sin llegar a relacionarse con su entorno, excepto en dos ocasiones. Imaginemos un mismo objeto situado sobre un fondo absolutamente negro y visto por el observador de tal modo que parece que este objeto se encuentra suspendido en el vacío. El otro caso es el del objeto situado sobre un fondo blanco tal que se produzca el mismo efecto, es decir, el objeto se encuentra aislado y flotando sobre el fondo.

Objeto blanco con sombras

Dependiendo del color, tono y textura del objeto, éste podrá resaltar más o menos según su similitud global con el fondo sobre el que se encuentre. En cualquiera de los dos casos podemos iluminar el objeto de tal modo que sus volúmenes y textura queden perfectamente claros y diferenciados del propio fondo, pero la relación con el espacio de ese objeto visualmente perfecto es artificial puesto que no hay un elemento de unión entre él y el espacio físico que le rodea queda abstraído en sí mismo.

La sombra es el elemento sustentador del objeto y el puente que lo une al espacio en que se encuentra. Un objeto sin su sombra, pierde capacidad de expresarse, necesita de ellas para conformar realmente su volumen.


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