Temperatura de color

Hay colores fríos y colores cálidos. Y los distinguimos sin ninguna explicación teórica, porque los sentimos así. Pero, por si acaso, vamos a dejarlo claro en el campo de la fotografía.

La temperatura de color es un término que hace referencia a la calidez o frialdad de la luz emitida por una fuente.

Temperatura de color

Cada fuente luminosa emite una luz con distinto color o temperatura de color. Esta temperatura de color se mide en grados Kelvin y varía desde el rojo (luz cálida) hasta el azul (luz fría).

El efecto cromático que emite la luz a través de fuente luminosa depende de su temperatura. Si la temperatura es baja, se intensifica la cantidad de amarillo y rojo contenida en la luz, pero si la temperatura de color se mantiene alta habrá mayor número de radiaciones azules.

La temperatura cromática se puede modificar anteponiendo filtros de conversión sobre las fuentes luminosas.

Distintas horas del día

Luz de día: La temperatura de color de la luz durante el día va variando paulatinamente a medida que el sol se va moviendo y las condiciones atmosféricas van cambiando. Normalmente es de color rosa por la mañana, amarillenta durante las primeras horas de la tarde, y anaranjada hacia la puesta de sol, con una tendencia a un color azul al caer la noche.

Luz continua: Es la luz que se tiene dentro de un estudio además de la utilización de la luz de flash. Se pueden lograr unos efectos y colores imposibles de plasmar con la fuente de luz natural.

Luz mixta

Luz de flash: La luz que produce el efecto de un flash se acerca mucho a la temperatura del sol. La rapidez en la emisión del destello de la luz de flash, hace que pueda superar los (1/50.000 de segundo), permitiendo inmovilizar el movimiento del motivo obteniendo imágenes con una nitidez extraordinaria.

Luz mixta: Con la luz de día y la luz artificial se obtienen efectos distintos a los naturales.

Carta de grises

Para controlar la temperatura de color con la cámara se hará un balance de blancos. Este es el modo que tenemos de decirle a la cámara qué es blanco puro en la escena que nos encontramos y según la luz que tenemos. Las cámaras suelen traer configuraciones por defecto según los tipos de iluminación o podemos personalizarlo con una tarjeta o carta de grises.

La temperatura del color se mide a través del termocolorímetro.


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